Mi mentor me dijo, “Greco, puedo adivinar la cantidad de dinero en tu cuenta de ahorros”
Al decírmelo, acertó. Me pregunté, ¿pero cómo supo cuánto dinero tenia?
Me contestó, “Tu cuenta de horros está donde está por tus metas”
Me he dado cuenta que la mayoría de las personas quieren tener éxito pero no escriben sus metas, porque no saben lo que quieren y no las escriben.
Yo tenía algunas metas pero no las escribía y me imagino que si no tienes lo que quieres, tú también no escribes tus metas.
“Las metas actúan como un imán”
Te jalan para lograr tus metas, ¿pero si no tienes metas……?
Mi éxito se lo debo a que escribo mis metas todos los días. No solo escribo una meta, no solo escribo 10 metas, sino escribo ciento de metas que tengo en mente. No importa si las logro todas, eso no es importante.
“Lo importante es escribirlas, el ejercicio de escribirlas, me hace ver lo que quiero en el futuro y esto me hace entusiasmarme de lo que soy capaz de lo que puedo llegar a lograr”
Aprendí que para lograr mis metas tenía que “pedir para recibir”.
Recibir es fácil, pedir es la parte difícil porque no sabemos que pedir. Si pides,
Pides: “Inteligentemente y con Fe” y así tendrás lo que pediste.
Mi mentor me dijo, “Cuando estamos jóvenes, no pensamos en metas, sino pensamos en lo que queremos y lo que queremos, son realmente nuestras metas”.
Cuando estamos jóvenes, tenemos unas metas, cuando salimos de la universidad tenemos ciertas metas, cuando te casas tienes otras metas. A través de nuestras vidas, siempre tenemos metas y debemos tenerlas. A esto le llamo, “La Escalera de Las Metas”
Te daré una idea lo que significa la escalera de las metas:
- Cuando tenía 12 años quería una bicicleta y me tardó 8 meses en comprarla. Me costó $40 dólares.
- Cuando tenía 15 años quería comprarme un auto y a los 16 años compré mi primer auto. Me costó $2,200 dólares.
Te puedes dar cuenta que la meta de la bicicleta me parecía inalcanzable, pero la logreé. Yo solo ganaba $1.50 dls. por día vendiendo periódicos en la calle. Pero la meta era lo importante.
Cuatro años después, tenía el mismo problema, quería un auto de $2,200 dólares, también me parecía inalcanzable, pero logreé comprar el auto. En ese tiempo ganaba $1.35 dls. por hora y aparte gana propinas trabajando en un hotel de “botones”.
- Cuando tenía 16 años quería irme a Europa, ahorré por 2 años y a los 18 me fui a Europa. Me costó $3,000 dólares. También me parecía inalcanzable, pero logreé irme a Europa.
- Cuando tenía 17 años, quería comprar una casa por un libro que leí, “Como gané un millón de dólares en bienes y raíces” y a los 21 años con $5,000 dólares ahorrados, compré mi primera casa siendo estudiante en la universidad y sin trabajo. El secreto estaba en el libro y me tomó 4 años en encontrar las condiciones que me indicó el libro.
¿De qué te puedes dar cuenta con estas 4 metas?
Todas las metas empiezan con algo que quieres
Todas las metas son a futuro
Todas las metas son alcanzables
Todas las metas se logran igual no importa el tamaño de la meta
Todas las metas te disciplinan si es que las quieres lograr
Cuando estamos jóvenes, nuestras metas son pequeñas, pero en el transcurso que vamos creciendo, la escala de nuestras metas son más grandes. Me di cuenta que no importa que tan grande o inalcanzable nuestras metas sean, las podemos lograr si es que las deseamos lo suficiente.
Un día me di cuenta de lo siguiente, “Es importante que una vez logres una meta, la siguiente sea más grande en escala”
Por esta razón es importante escribir tus metas todos los días, al escribirlas todos los días, tu meta primero será más alcanzable en tu mente. Una vez logras una, lograras la siguiente y a través de los años lograrás lo que desea.
Mi mentor le llamaba a las metas, “La Promesa del Futuro”.
“Un Día Aprenderás a Soñar en Grande”
www.compreunmillon.com
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