Tienes miedo, ¿Por qué?
Si no sabes nadar muy bien y entras a una piscina, ¿Por qué no te da miedo?, pero si entras al mar con olas de 2 metros de altura, ¿Por qué le tienes miedo?
En la piscina el agua no se mueve, es clara y se ve el fondo. El mar te impresiona cuando revientan las olas, y no se ve el fondo, te da miedo entrar. Pero, ¿porque miedo si hay otras personas adentro?
Estas en el monte y te encuentras una cueva, te da la curiosidad, pero al tratar de entrar esta oscuro, no sabes a donde te llevará y te imaginas si hay alguien o algo adentro. Simplemente te da miedo, pero, ¿Por qué?
Esto se debe a la alternativa extrema, por supuesto, es no poder ver el infinito, que sería el desconocido más temible que haya que enfrentar.
El miedo es solo una percepción, percibida por cada uno de nosotros. Unos tienen miedo y otros no tienen miedo a lo mismo que confrontan.
"Hay cosas conocidas y hay cosas desconocidas, y entre ellas están las puertas de la percepción"
Estas puertas existen para mantener las cosas y para invitar a las cosas; sin embargo, depende de cada uno de nosotros elegir qué puertas queremos abrir o mantener cerradas.
Ni siquiera entendemos lo que podría estar detrás de cada puerta que consideramos abrir.
- Estamos diseñados para temerle a lo desconocido: unas por nuestras experiencias y otras por no saber lo que puede pasar.
- Debemos reírnos del miedo y lo desconocido: es todo acerca de nuestra imaginación. No te imagines lo malo.
- Debemos abrazar lo desconocido: si no conoces algo, a alguien, un lugar, una experiencia, abrázalo y disfrútalo.
- Debemos desafiar lo desconocido: un brinco “bungie”, si no te has brincado, puedes tenerle miedo, pero es un desafío, y no te queda otra más que saber que no te va a pasar nada.
- Tenemos que acercarnos al desconocido con precaución: pero inténtalo o te puedes perder la experiencia.
Nadie sabe lo que nos va a pasar, pero,
“Lo que nos puede pasar, nos puede pasar por lo que pensamos”
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